Las rodillas son la segunda articulación de las piernas.
Cargan el peso del cuerpo cuando estamos de pie y se necesitan para caminar, para subir y bajar escalones, para sentarse, para descender, etc.
El SIGNIFICADO EMOCIONAL DEL DOLOR DE RODILLA .
- Falta de humildad.
- Rigidez mental.
- Resistencia en avanzar.
- Conflicto con la autoridad.
- Arrogancia, obstinación y resistencia que hace que avancemos con sufrimiento.
- Conflicto irritación mental que nos impide aceptar las cosas.
- Sometimiento a nuestro egoísmo.
- miedos.
Las lesiones de menisco,
constituido por cartílago que hacen posible la articulación y rotación de la rodilla, se producen a causa del sobreesfuerzo.
Puede que con una excesiva actividad exterior, huyamos desmesuradamente de solucionar algún conflicto interior.
Tras la operación de menisco, los afectados deben restringir el movimiento. A este proceso, sería conveniente que le siguiera una toma de conciencia de cuales son nuestros límites y de que manera los estamos trascendiendo, al tiempo que nos deberíamos preguntar de qué asunto íntimo estamos “queriendo escapar”.
Los dolores en las rodillas
son aliados que nos pueden ayudar a reflexionar sobre nuestra relación con la jerarquía:
La dominación y el sometimiento con lo que nos rodea; sobre nuestra excesiva rigidez; e incluso nos puede invitar a dar un repaso autobiográfico de nuestra salida del mundo adolescente, por si algo que allí no se terminó de elaborar, sigue llamando nuestra atención a través de alarmas en la zona corporal que representa a esa edad, las rodillas.
Si tengo problemas en las rodillas, debo interrogarme para saber si soy testarudo, rígido, orgulloso.
- ¿vivo quizás un conflicto con la autoridad (mi jefe, mis padres, etc.)?
- ¿Tengo miedo de tomar cierta acción para ir hacía delante?
- ¿ Tengo yo la sensación de que debo “doblar” en cierta situación o deba “doblarme” delante de alguien o algo?
- Si tengo fluidos al nivel de las rodillas¿ me inhibo emocionalmente contra el flujo natural de los acontecimientos? (resistencia al movimiento).
También puede que me desvalorice, me disminuya frente a mi físico o mis marcas deportivas y entonces, hay muchas probabilidades de que me haga daño a las rodillas.
Puedo tener frecuentemente la sensación que debo obedecer (ej.: delante de un padre, un profesor, jefe, incluso el cónyuge, etc.) y “esto no me apetece en absoluto”!
Puede que viva un conflicto mental, una obstinación egoísta a no dejar fluir o a darme.
Los daños óseos o de los tejidos blandos se vinculan con un profundo conflicto interior e implican el abandono, a un nivel más profundo, el abandono de mi ego y de mi orgullo. Por esto, si quiero eliminar las dolencias que afectan mi rodilla, debo aceptar abrirme al mundo que me rodea y aceptar que pueda tener que cambiar mi modo de ser en ciertos aspectos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario